La vida se puede concebir
desde diversos enfoques. La noción más habitual es la vinculada a la biología, la cual la define como la capacidad de nacer, crecer, reproducirse y morir. En este
sentido, la vida es aquello que distingue a hombres, animales y plantas, de los
objetos como una roca o una mesa. En relación con
el tema de la vida Margulis
y Sagan (2010) consideran que con todos los adelantos de la tecnología
moderna, no debería quedar duda alguna (como ocurría a comienzos del siglo
pasado) de que la vida humana empieza con la unión del óvulo y el
espermatozoide en el tercio externo de las trompas de Falopio de la madre,
entonces para este autor la vida humana inicia desde el momento de la
concepción. Otra interpretación del término vida, es la propuesta por Díaz
(2007) la cual afirma que la vida está vinculada a la capacidad de un ser físico de administrar sus recursos internos para
adaptarse a los cambios que se producen en su medio.
Por su parte Freud (1921) consideró que la existencia
humana transcurre en una constante lucha entre la vida y la muerte. El planteó
desde la teoría psicoanalítica que esa
lucha se libra entre dos pulsiones; Eros considerada la pulsión de vida y Tánatos la de muerte, Eros representaría un
principio de cohesión consistente en crear unidades cada vez mayores y mantenerlas, Tánatos por el
contrario, significaría disolver los conjuntos
para de este modo destruir las “cosas”.
Una vez
abordadas las pulsiones planteadas por Freud relacionadas con los impulsos de
vida y muerte, se enfocaran algunos conceptos relacionados con la muerte
tenemos, que si es analizada según un punto
de vista genérico, se puede puntualizar como la finalización de las actividades
vitales de un organismo, en el caso particular de la realidad humana, la
definición vigente del enfoque médico y legal alude a la cesación de toda
actividad en el encéfalo, demandándose además que esta finalización sea
completamente irreversible por otra parte, desde el punto de vista científico
la muerte se define como el término de la vida, es decir, la incapacidad del
organismo de sostener la homeostasis, la principal característica de la muerte
es su irreversibilidad, algunas corrientes afirman que es como dormir, otras
que se trata de una transición a otro plano y que el sujeto reencarnará, como
se puede apreciar la concepción de la muerte se relaciona estrechamente con las creencias específicas de cada persona.
Por su parte Garzón
(1999), considera que las diversas creencias de religiones y culturas en su
mayoría parecen coincidir en la idea de
que el hombre no debe retrasar ni acelerar el fallecimiento, y aunque pareciera
haber aceptado este hecho como la fase que cierra el ciclo de la vida, no ha
internalizado que es una etapa más de la misma. Por su parte la Dra. Elisabeth Kübler-Ross en su libro ("La muerte un
amanecer"), expresa sus convicciones basadas en largos años de
experiencias: "La muerte es sólo un paso más hacia una forma de vida en
otra frecuencia, la experiencia de la muerte es casi idéntica a la del
nacimiento solo que es un nacimiento en otra existencia, también considera que la
muerte no es más que el abandono del cuerpo físico, es el paso a un nuevo
estado de conciencia en el que se continúa experimentando, viendo, oyendo,
comprendiendo, riendo y en el que se tiene la posibilidad de continuar
creciendo".
Con el transcurrir de los años el tema de la muerte, ha tenido un lugar destacado en la
literatura, la religión y en la filosofía sin embargo continua siendo un gran
misterio. Desde el inicio de la vida humana, las distintas civilizaciones
parecen coincidir en la idea de que el hombre no debe retrasar ni acelerar el
fallecimiento, pero con el paso del tiempo además enfocando la muerte como
realidad inminente, este tema ha llevado a las sociedades a adoptar diferentes
conductas y tomar decisiones relacionadas con el final de la vida, con la
intención de disminuir o mitigar el dolor y la agonía que pudieran estar unidos
al proceso del deceso del ser humano.
En relación a lo expuesto con
anterioridad, actualmente se considera que el principal derecho que tiene todo ser humano
es el de la vida, pero cuando esta se ve gravemente afectada por unas
condiciones de salud lamentables, que llevan a quien las padece a verse en una
situación de cuidados intensivos, de la cual no se sabe si saldrá, cabe preguntarse
si se está cuidando la vida o prolongando la agonía que puede llevar a la
muerte, al iniciarse este proceso surge la necesidad que el paciente, el médico y los familiares tomen decisiones
concernientes al final de la vida de esa persona, teniendo en cuenta su
“bienestar” entre esas decisiones se encuentra la eutanasia, en relación a la cual el debate de licitud moral ha llegado a
exacerbarse tanto en el siglo XX, que incluso se han creado muchas asociaciones
que claman por el reconocimiento de un legítimo derecho a morir con dignidad.
El movimiento para la legalización de estas prácticas comenzó en Inglaterra en
1935, con la creación de la Asociación por la Legislación de la eutanasia
voluntaria.
Por
otra parte, la palabra eutanasia, proviene etimológicamente
del griego eu que
significa bien, y thanatos muerte,
la Real Academia Española la define como: “la acción u omisión que, para evitar
el sufrimiento a pacientes desahuciados, acelera su muerte con su consentimiento
o sin él”.
Desde una percepción jurídica la eutanasia
podría ser considerada un delito por existir un hecho donde un sujeto activo
(médico) realiza una acción voluntaria (suministro de una sustancia) a un
sujeto pasivo (enfermo) causándole a éste último la muerte. Pero en esta
situación existiría un atenuante, el móvil es un sentimiento humanitario: la
piedad y el deseo de evitarle a esta persona el dolor y el sufrimiento que le
genera el mal que padece. Por lo que muchos juristas lo consideran un homicidio
piadoso.
Según la Iglesia Católica la eutanasia, es una grave ofensa a Dios,
autor de la vida, en cuanto viola su ley así mismo considera que no es lícito
matar a un paciente para no verle sufrir o no hacerle sufrir, aunque aquél lo pida.
Ni el paciente, ni los médicos, ni los familiares tienen la facultad de decidir
o provocar la muerte de una persona, no tienen derecho a la elección del lugar
y del momento de la muerte, porque el hombre no tiene el poder absoluto sobre
su persona, su vida y con mayor razón, sobre su muerte.
Por su parte La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la
eutanasia como aquella "acción del médico que provoca deliberadamente la
muerte del paciente".
Esta definición resalta la intención del acto médico, es
decir, el querer provocar voluntariamente la muerte del otro según esta
organización la eutanasia se puede realizar por acción directa: proporcionando
una inyección letal al enfermo, o por acción indirecta: no proporcionando el
soporte básico para la supervivencia del mismo, pero en ambos casos, la
finalidad es la misma: acabar con una vida enferma.
En Venezuela actualmente no existe ninguna ley vigente que apruebe la
práctica de la eutanasia sin embargo un documento publicado en el portal electrónico
de la Asamblea Nacional indica que se
está discutiendo un proyecto de Código Penal que podría reconocer el procedimiento de la eutanasia como derecho
ciudadanos del paciente, en el borrador no se habla de eutanasia sino de “autonomía
de voluntad”, estableciendo lo siguiente: “no será punible el médico quien, por
voluntad expresa de una persona habilitada por la ley, sea requerido para poner
fin a su vida, por procedimientos científicos, siempre y cuando: Conste por
escrito de cualquier forma la expresión clara y libre de su voluntad, se trate
de persona mayor de edad o emancipado, la persona solicitante presente una
enfermedad terminal, incurable, en fase terminal constatada y ratificada en
condiciones clínicas y la opinión manifestada por dos médicos ajenos a la
relación médico-paciente, cuando la persona solicitante esté mentalmente
incapacitada o se haya diagnosticado la muerte cerebral por metodología
científica prevaleciente, se tomará como expresión de voluntad la otorgada por
documento público ante la autoridad competente en oportunidad anterior al
suceso que lo incapacite y en su defecto por los dos familiares más allegados”.
Si se aprueba el nuevo marco legal, Venezuela se incorporará al
club de los países que reconocen el derecho a la “buena muerte” en relación con
esto una persona que padezca un cáncer terminal podrá pedir a los médicos ayuda
para morir y ellos podrán atender esa petición, sin que eso conlleve
alguna consecuencia legal, de acuerdo con el proyecto de Código Orgánico Penal
que elaboró la Comisión de Política Interior de la Asamblea Nacional.